¿Un loft industrial? ¿Por qué no? Un lugar que puede llegar a ser perfecto para vivir con una mezcla nostálgica de viejos y nuevos elementos, creando un espacio más urbano.
Y acentuar sus características es una buena manera de sacarle partido, con una decoración que recuerda sus orígenes y donde la cocina no queda al margen sino que es parte activa de este amplio espacio.
Situado en el corazón de Sydney, en Woolloomooloo Bay, esta construcción de estilo eduardiano, una estancia renovadora en los suburbios, es la protagonista de un cambio total en su interior pero manteniendo la fachada en su estado original.
Lo básico de este diseño es su perfecta integración al entorno, mediante el color gris oscuro azulado de sus puertas de listones verticales y lacadas en acabado mate, la encimera de pizarra negra y las enormes estanterías que fusionan la cocina y la sala de estar, aprovechando todo el espacio que permite el alto techo.
La funcional distribución en ángulo permite ubicar el fregadero y lavavajillas Miele en un lado y la zona cocción con horno en el otro, dejando el frigorífico Electrolux en el extremo derecho. La isla como punto de apoyo y almacenamiento, también sirve para poner límites visuales y ordenar una estancia que sin ella podría ser caótica.
El suelo de madera de roble y las magníficas puertas correderas de acabado envejecido, le dan un toque algo más cálido y acogedor.
Es un estupendo proyecto de Art of kitchens.